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Rosita Ascoy |
Símbolo de nuestro criollismo es Rosita Ascoy "La Limeñita". Primera generación de grandes damas que dieron prestigio al incipiente repertorio de los no menos inmortales autores del vals, la polka y la marinera. Empezó su actuación por 1936. Se la anunciaba en Radio Nacional del Perú y su foto que acompaña esta reseña, engalanaba "El Cancionero de Lima" cantando frente a un modelo de micrófono, en aquellos tiempos, lo último de su generación, ya que se trataba de la emisora del Estado recientemente inaugurada. Indudablemente, como casi todos los artistas peruanos, hizo oír su voz en "Internacional", "Dusa", "Grellaud" o "Goycochea" y "Lima", por nombrar nuestras más antiguas emisoras radiales. Muy delicada, pequeña de estatura y de temperamento nervioso. La época de María Jesús Jiménez y Rosita Passano o de Alicia Lizárraga, por aquellos tiempos "Reyna de la Radio". Su primera etapa fue como solista, al igual que Alejandro que dominaba el repertorio argentino.
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Alejandro Ascoy Villón |
La escuchábamos en la radio, por que ella perteneció a esa brillante generación artística de los años 30. Vendría la etapa en la que también es triunfadora haciendo dúo con Alejandro Ascoy, su querido hermano. En 1953 fui locutor comercial de sus presentaciones en Radio "Victoria", inolvidable época porque supe gozar del talento y amistad de ambos cantores. Me sorprendía verla subir al escenario siempre persignándose. Quizá costumbre y devoción de la mayoría de intérpretes que se encomendaba al Hacedor para lograr el éxito. Con un marco musical compuesto de piano, guitarras, contrabajo y cajón, ella no dejaba para nada su guitarra, por que los nervios la mataban. Pasado el primer tema ya todo era distinto. "Vicenta", el inolvidable vals de Bocanegra, era casi obligado en sus actuaciones. No eran épocas de repertorio propio. Cantaban los éxitos del momento.
Buena Don José,La Limeñita y Ascoy eran las personas más dulces,sencillas,atentas y amables de la música criolla.Eran muy sencillos doña Rosita era como una abuelita cariñosa y afable,y don Alejandro siempre con sus tirantes en los pantalones y su eterna sonrisa,nunca se creyeron estrellas(lo fueron y lo serán),los recuerdo cuando trabajé como cajonero de don Oscar Aviles en la inauguración de la Peña Bertollotto en San Miguel y antes en Radio Nacional. Doña Rosita en sus últimos años fue recluida en un ancianato,luego del fallecimiento de su hermano Alejandro..perdio un poco la razón,se vestía y maquillaba para actuar, pues decía que su hermano la estaba esperando.
ResponderEliminarBuena acotación la que haces a esta reseña. No sabía que eras percusionista. En mis tiempos jóvenes conocí al "gancho" Arciniegas, al "pibe piurano" y otros realmente sensacionales. Ya hablaremos de ellos. Te felicito.
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