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miércoles, 21 de abril de 2010

"ROGER CORTEGANA LUDEÑA". ¡EL AMIGO ELECTRÓNICO DE LOS MÚSICOS!.

Luis Hernández "La Sombra", 
Carlos Serván y Roger 
Cortegana Ludeña.
Les he comentado que parte de mi vida musical transcurrió, además de amenizar fiestas, en la Tienda de Venta de Instrumentos  de Domingo Rullo. Otra parte, compartida por la gran mayoría de músicos, en la "Electrónica Miraflores" de Roger Cortegana Ludeña. En la primera, adquiríamos los amplificadores y los instrumentos requeridos. En la de Roger cuando, debido al trabajo intenso, nos fallaban los circuítos y era necesaria la mano del experto para rehabilitarlos. Era un sitio acogedor y sociable.

Aparte del servicio técnico de este maestro de la electrónica y por razones de su afición a las "teclas" (las del acordeón), encontrábamos un buen punto de cita para alternar y  probando los instrumentos e interpretando temas musicales, nos repartiamos los "chivos" (forma peruana de nombrar a las fiestas). Muchas veces nos solicitaban cuando ya teníamos contrato y ese era el momento de favorecer al colega, recomendándolo y viceversa. Era frecuente hallar a Walter Zegarra, Manolo Ávalos, a Walter Peyón, Pepe Lucho Hernández "La Sombra" y otros hermanos del arte musical en esta "Electrónica Miraflores" del Pasaje Esperanza..

Roger Cortegana Ludeña, es original de la bella Cajamarca, específicamente de Celendín, la tierra de los mayores negociantes peruanos. Hombre cordial, amante de la música y esposo de Libertad, una dama que lo tiene preso, porque lo quiere de verdad. Hijos con mucho talento y una damita que domina los "teclados" para orgullo de papá.. Roger practicaba una difícil pieza para Acordeón: "El Vuelo del Angel". Hasta ahora sigue en la práctica y el angel permanece en tierra. Es tan perseverante y de seguro conseguirá hacerlo volar. Por lo pronto, siempre con su "Scandalli Super 6", intenta la proeza. 

Mantiene una íntima amistad con Carlo Berscia, eminente acordeonista italiano y famoso en años pasados cuando con su orquesta amenizaba los mejores bailes de la sociedad limeña. Su cumpleaños, cada 24 de Diciembre, se reune con él y todos los del club de acordeonistas. Roger Cortegana, pese a un mal que lo aqueja seriamente en su salud, mantiene en alto su espíritu y es un ejemplo de valor muy digno de imitar. La vida nos ha puesto una prueba terrible y con la ayuda de Jesús, estamos superándola. Tiene el apoyo de sus hijos y la entrega total de su amada esposa Libertad, a quien conozco y aprecio. 

En su taller electrónico de Miraflores, hallábamos tambièn a Benito Sorrentino, Reynaldo Cruz y todo aquel, con o sin fallas en sus intrumentos, que se daba cita para la tertulia y el "chisme pentagramado". Los mùsicos teníamos un buen sitio de reunión. Lamentáblemente, todo esto ya es historia. Con otro acordeonista amigo, el buen odontólogo Dr. José Luis Hernández "La Sombra", formaron el simpàtico club de los acordeonistas y en ese mismo taller, ya fuera de las horas de atención, empezaba la "respiración" de los fuelles y se reforzaba los pectorales, extrayendo sus mejores sonidos al Acordeón. 

Así, estuvo muchos años en el Pasaje Esperanza y con la misma cordial atención, se ha mudado a otro local en la calle del mismo nombre. Estamos algo alejados pero el teléfono nos sigue uniendo. Roberto Spasiano, otro acordeonista radicado en los Estados Unidos, le envía saludos. Igualmente desde Venezuela, el gran Benito Sorrentino Carlá. Desde las páginas de este blog, le reitero los mejores deseos para superar los males y esforzarse un poco más hasta lograr que "El Vuelo del Angel" se realice. Ha sido una dedicatoria al Técnico de los Acordeonistas, al siempre servicial "ROGER CORTEGANA LUDEÑA", ¡mi amigo!. Gracias.

2 comentarios:

  1. Grande el maestro Cortegana, una pena profunda me produjo no encontrarlo, como tampoco al local de la calle Esperanza hace unos años cuando fui para entregarle en sus manos la Scandalli que fue de mi padre para que la pusiera deforma óptima. Qué pena que ya no esté. Me había invitado al Club del Acordeón donde compartimos inolvidables vivencias. Hace falta.

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  2. Grande el maestro Cortegana, una pena profunda me produjo no encontrarlo, como tampoco al local de la calle Esperanza hace unos años cuando fui para entregarle en sus manos la Scandalli que fue de mi padre para que la acondicionara de forma óptima. Qué pena que ya no esté más. Me invitó al Club del Acordeón donde compartimos inolvidables vivencias. Nos hace falta.

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