Volvemos a ingresar al mundo del radioteatro y a través del cual tuvimos contacto con las grandes figuras de la escena nacional. Suerte de un joven locutor con ciertas actitudes de actor y mayormente encargado de las narraciones de los interesantes capítulos. Recuerdo a Lucía Irurita, allá por 1954 en compañía de Luis Álvarez, Alfredo Bouroncle y otras celebridades que hacían discurrir el tiempo de manera divertida. Una dama diferente y de cierto porte social, así lo recuerdo, que no nos atrevíamos a tomar confianza con ella. La vi pocas veces en ese pequeño mundo y puedo afirmar que no era su sitio. Sin embargo fue protagonista de, quizá, la más popular radio novela de toda nuestra historia en Lima: "El Derecho de Nacer".
Estamos a puertas de celebrar nuestros primeros cinco años de "bloguerista", porque fue un 29 de Octubre de 2009, el día que decidimos abrir "Locutores y Artistas en el Perú". Ese fue el inicio y teníamos sed loca de evocar a tantas figuras de la radio, de la escena nacional y de la televisión. Fue tan violenta esta nueva pasión que, de manera increíble y frente a la computadora, no dejábamos horas en nuestro afán de llenar hojas. Creo que a los dos meses fueron tantos los personajes sobre los que conté sus historia, que tuvimos que dividir el blog en dos: uno de locutores y otro de artistas. Cuando observamos el "contador" de ingresos, quedamos sorprendidos al comprobar el que, actualmente, hayamos superado las setecientas reseñas en ambos. Es algo que nos parece increíble.
Volvamos a Lucía Irurita, una actriz que debió estar en la inauguración de nuestra modesta entrega. La hemos visto en muchas entrevistas y es allí en las que nos hemos podido enterar de sus inicios. Siempre la oímos repetir que fue a la edad de siete años que nació su vocación por actuar. Me la imagino recitando y poniendo en función su memoria. Interviniendo en las actuaciones escolares y apasionándose en demasía que, a los catorce de edad, ya tenía definido su futuro: el teatro. No fue fácil. Sus padres no creían en ello y, lógico, había que entenderlos. Y eso es lo que apreciamos en esta dama que nació para ese destino y que nos deleita verla en cada entrevista, generalmente para promocionar su ya famoso "Teatro de Lucía".
Sonreímos cuando dice que engañaba a su familia con su interés por aprender otro idioma y que se había matriculado para aprender inglés. Buena estratagema de la joven, pero que finalmente tendría su final al descubrirse que sus pasos la conducían a la Escuela de Arte Escénico. Es aquí que nos parece ver a Luis Álvarez y otros queridos actores como Carlos Ego Aguirre y Leonardo Arrieta, con los brazos abiertos en señal de bienvenida a la entusiasta Lucía. No se contentó con ello y viajó a Italia para aprender lo clásico a través de una beca. Se dejaba llevar por los consejos tradicionales de hacer teatro serio y dejó de lado las comedias y otras alternativas que, con el correr de los años comprobó que si valían.
Esta no es una biografía. Como casi todas nuestras reseñas, están basadas en las vivencias propias que nos dio la vida. Siempre repetiré que no teníamos las condiciones anímicas de ser actor teatral. Flojos para memorizar y distraídos de ese bello mundo que encandiló a Lucía Irurita, hoy una madre comprensible con sus hijas Cecica y Sandra Bernasconi, producto de su amor con Carlos, el escultor, el ceramista, el inquieto hombre creativo con el que le ha tocado completar su vida hogareña. Es decir que, por donde se la mire, no hallaremos sino arte y más arte. Imagínense que ha representado más de cien obras teatrales y entre ellas, sus favoritas: "Flora Tristán" y "La Fierecilla Domada". Es autora de "Tormenta de Pasión".
Por supuesto que ha actuado en la televisión y en muchas de aquellas populares telenovelas. Vivió diez años en México y supo sacarle provecho en lo que significó como cuna de grandes artistas. Hay muchas entrevistas a las que pueden acceder en este cibernético universo. Sólo nos queda agregar que nos causa honda satisfacción el haber evocado a "LUCÍA IRURITA" y engalanado este blog. Le deseo muchos éxitos con "El Teatro de Lucía", ubicado en la calle Bellavista de Miraflores, local antiguo en el que alguna vez nos tocó retirar cartas o enviarlas. Hoy es un centro de atracción teatral y que no la desliga de su eterno amor a los escenarios. Es nuestra modesta contribución a recordar siempre a quienes hicieron historia. Gracias.
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