"CARLITOS GARDÉL" EN EL PERÚ. INMORTAL COMO EN SU "BUENOS AIRES QUERIDO".

Se ha escrito y comentado de Gardél en todos los puntos cardinales. Hemos visto en la televisión cientos de programas recordatorios cada 24 de Junio, día de la tragedia que lo llevó a la inmortalidad. Desde mi niñez aprendí a escuchar a Gardél, porque en casa todos cantaban tangos. Mi madre, la primera. El viejo Angel, tarareaba el "Viejo Rincón" con estilo gardeliano. Mi hermano Angel Pablo, fue un coleccionista de tomos diversos de canciones y biografías del querido e inolvidable zorzal criollo.

Cuando empecé a dominar el acordeón, tenía predilección por el sonido que imitaba al bandoneón. Creo que soy el peruano que más tangos ha grabado instrumentalmente de Gardél. Mis teclados hacen que mis dedos se deslicen sobre ellos y me encante con "Palomita Blanca", aquel vals maravilloso que miles han gozado con su música y letra cantadas por Gardél. El "Zorro Gris", tango que cantaba mi madre con sublime entonación. De muchacho me atrevía a cantar "Si soy así", soñando que era Gardél.

Y usé gomina y cuando no había "guita" acudía a la botica y compraba mi "goma tragacanto" y a peinarse al estilo del ídolo. Trabajaba en Radio el Sol por los años 60 con Elvira Travesí y llegó de visita Emilio Ramil, el famoso Gardél cubano. Haydé Pareras, actriz del elenco, no le observó ningún parecido al zorzal y viéndome engominado me dijo: "Tú tienes más parecido a Gardél". Y me lo creí y fui tan tonto e iluso que acepté de los buenos amigos y colegas que me dijeran "Gardelito". No es mentira, se los juro.

Hago esa anécdota, porque en Lima siempre se vivió bajo el manto sagrado del recuerdo de aquel muchacho que conmovió multitudes con sus películas y enloqueció a mujeres y hombres de todas las latitudes. Cada vez que veo una foto de Gardél, siento como si fuera la del hermano que se fue o me dejo impresionar por ese desplante mágico, mirada y sonrisa cautivantes. En mi blog "La Foto y su Leyenda" con la del inmortal que cada vez canta mejor, OLDIES me ha trasladado toda su historia y no se cansa de opinar.

Es que Gardél no murió. Son los casos increíbles de sobrevivencia popular. Quienes mejor comprendemos el fenómeno, somos los que saboreamos su canto a través del disco en la radio y como profesionales, dando a conocer su vida con los recortes de periódicos y revistas pasados. El privilegio que tuvo Domingo Rullo de conocerlo en vida, siendo muy niño y haber alternado no sólo con él, sino también con Hugo Del Carril y las grandes estrellas del tango, nos sumergía en la fantasía de cada uno de sus relatos. 

Evoco a otro fanático llamado Gilberto Torres Morales y su "Confraternidad Gardeliana". El ex futbolista, se dedicó a recordarlo muchos años en Radio Selecta y otras emisoras que le dieron esa oportunidad. Existen casos de admiradores que le pusieron por nombre a sus hijos "Carlos Gardél" Martínez Palacios. Increíble ¿verdad? Lo cierto es que quienes sentimos la música y tenemos recuerdos, jamás podremos aceptar la muerte de Gardél y, como se repite siempre "Cada vez canta mejor". Hasta pronto "Che Carlitos". Gracias.  

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