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lunes, 7 de junio de 2010

"OSCAR CORNEJO PURILLA". EL POPULAR "PAPI" Y SU BATERIA INTERNACIONAL. NUESTRO ACOMPAÑANTE EN GRANDES JORNADAS MUSICALES.

Oscar Cornejo
Purilla "Papi".
Seguimos en esta rutina de recuerdos. Le toca a mi amigo Oscar Cornejo Purilla, el popular "Papi" de los Barrios Altos y con quien sostuve la mayor parte de actuaciones como "El Hombre del Acordeón". Llegó bastante joven, recomendado por un colega conocedor de nuestra búsqueda de baterista y ese contacto primero fue en la cabina de locución de Canal 4. Nos encontrábamos realizando nuestro turno de locución en horas de la noche y fue un agradable encuentro porque, sintomáticamente fluyeron de ambos lados los magnetismos artísticos. Hasta esos momentos sólo habíamos contado con los servicios de un baterista aficionado y de poco recorrido artístico. En esta oportunidad lograríamos un anhelo: contar con el aporte de un músico como "Papi", ya ducho en el mundo de los "chivos".

Siempre lo seguiré diciendo. Manuel Revilla Villafuerte, compañero de barrio y de estudios, me incentivó a formar una agrupación instrumental para amenizar fiestas. El fue mi primer baterista y los primeros contratos se debieron a sus gestiones en "Faucet", compañía en la que prestaba sus servicios de técnico. Debutamos en el Club de Aeronáutica y fue todo un éxito. Seguiríamos disfrutando con Roberto Uceda, ex integrante del famoso conjunto romántico "Los Guajiros", de reuniones en las que, además de recibir aplausos, nos llevábamos muy buenos soles al bolsillo. ¡Linda época!

La Batería Celeste de "Papi".
Lamentablemente Manuel se retiró y esta fue la oportunidad para Oscar Cornejo, un joven con ambiciones y de muy grande talento para el ritmo. Había adquirido una batería completa y profesional. La tarola, timbales, un napoleón y el clásico bombo y platillos. Un juego de percusión en vistoso color azul. Había que verlo en acción entre todos estos elementos. Se adaptó a nuestro "Transicord" y, con ese swing propio de los por el arte elegidos, debutó exitósamente tocando valses, polcas, tangos, boleros y guarachas a todo dar. Un muchacho de temperamento tranquilo y responsable. Realmente era como hallar a un  nuevo miembro de nuestra familia musical.

Poco a poco fuimos adquiriendo elementos de amplificación y Oscar, siempre ávido de colaborar, invitó al conjunto a Lucho Vivar, otro muchachón alegre y de buen cantar que le dio el sabor tropical al conjunto como vocalista. Ya éramos cuatro contando con la guitarra de Roberto Uceda. Matrimonios, bautizos, bodas de plata, de oro y de todos los metales. Los cumpleaños y en especial las fiestas de quince años, servían para que todos nos diéramos íntegros en cada reunión. "Papi", fue un elemento imprescindible como músico y amigo. Vamos a evocar a Juanito Barja, un vecino de Santa Isabel que con su automovil nos transportaba a cada cita. El mismo se apodó como "cuchillo loco", apelativo "apache" que aludía como defensa ante ataques posibles en nuestros recorridos nocturnos.

Dr. Oscar Cornejo Cobeña.
Con él recogíamos a "Papi" en su domicilio de Av. Los Incas en los Barrios Altos y que nos permitió conocer a una agradable señora, madre de este artista dominador de las baquetas y cencerros. No dejo de agradecer a la vida el haber puesto en nuestro camino al hoy ya abuelo, padre del médico de la foto, el Dr. Oscar Cornejo Cobeña. Lo conocimos bebé y obsérvenlo ahora realizado y entregando sus esfuerzos en una profesión a la que se entrega con alma, corazón y vida. Nuestra sincera felicitación a "Papi". Aún recuerdo a su mamá en ese acogedor hogar con todo un panorama futuro de obligaciones. La abuela, gran señora y amiga, lucía feliz.

Oscar está dedicado siempre a estos menesteres musicales. Provee de instrumentos a diversos conjuntos y siempre integra agrupaciones en las que pueda demostrar su arte y talento. ¿Cuántos hogares y cuántos clubes gozaron de su ritmo y batería? Incontables. Fue mi soporte principal y muchas veces sólo los dos "matábamos el chivo". Recuerdo aquel Año Nuevo en la Planicie que, luego de un plantón de malos músicos, nos conectó a un grupo de muchachos de los Barrios Altos que, luciendo nuestras guayaberas rojas, los reemplazaron. Estuvimos nueve horas tocando. Todo un récord. Ha prometido una visita al "Hombre del Acordeón" para, después de mucho tiempo, poder evocar estas aventuras de la música y de las que fuimos protagonistas con él. OSCAR CORNEJO PURILLA, "PAPI", es el baterista amigo que nos brindó su talento y que sigue atrapado en nuestras evocaciones por nuestra amistad. Gracias.

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